jueves, 6 de septiembre de 2012

Capítulo 1

Otro dia mas de invierno en la pequeña ciudad de Levine. En la televisión se había estado diciendo que era el invierno mas frio desde hacia 25 años.

Todo el pueblo estaba cubierto por una gran capa de nieve que hacia que el trafico no puediera circular por allí y que para que la gente pudiera salir de sus casas tenían que retirar la nieve de sus puertas. Desde todas las casas podía apreciarse la gran luz roja proveniente de una torre de comunicaciones. Era el edificio mas antiguo de la ciudad aunque 3 años atrás la reformaron debido a que un rayo cayo sobre ella. Gilda,ese era el nombre que todos le daban a esa gran torre debido a que la primera presentadora de las noticias de Levine se apellidaba Gilda.

Todas las personas del pueblo veian esa luz, excepto los que vivian en el numero 6 de Silcoon Valley. Delante de esa casa,habían colocado un cartel de publicidad de una conocida marca de refrescos,Reglix. Cada vez que John,el chico que vivía en esa casa alzaba la cabeza al despertarse se encontraba con esa cartel y leia mañana tras mañana su eslogan “Bebiendo Reglix no habrá mañana”. –Ojalá-pensaba John cada vez que lo leia y es que para él,la vida no era mas que un cumulo de malas experiencias que solo servia para darte cuenta de cuan afortunada es la gente que nos deja cada dia. Cada vez que John repetía ese discurso pesimista,a su padre se le revolvían las tripas y le daba una colleja en señal de desaprobación. Su madre era mas tranquila y solo esbozaba una pequeña sonrisa para concluir con un –son cosas de adolescentes.

John había cumplido la semana pasada 17 años y sus padres le habían regalado una moto de segunda mano que a John le había encantado. Era de color negro metalizado y,aunque tenia algunos arañazos, para John era totalmente perfecta.Ademas,también le habían comprado una colección de libro titulados “La vida del oso” que contaban la historia de un muchacho que perdió a sus padres muy joven y tuvo que seguir adelante superando una serie de retos y aventuras. Aunque al principio a John no le había gustado el hecho de que sus padres le hubieran comprado unos libros para sus cumpleaños,cuando empezó a leerlo ya no pudo parar,además,esos libros les servia para evadirse de todo lo que le rodeaba.

A John no le costaba levantarse por las mañanas,al contrario,le gustaba que la fresca brisa mañanera azotara su cara mientras se dirigía a la cocina para tomar el desayuno que cada mañana su dulce madre,a la que quería tanto,le preparaba. Lo que mas temia John en la vida era cada mañana cuando el reloj de cuco sonaba. Eso significaba que eran las ocho,es decir,hora de ir al colegio para aguantar sin fin de burlas e incluso de empujones y tortazos. Pero cuando el cuco salió de su escondrijo en el reloj apuntando que eran las ocho,John no hizo una mueca de desagrado como habitualemente,al contrario,no pudo contener una gran sonrisa que le abarcaba toda la cara.Al salir de casa no pudo contener un suspiro de alivio.

-Al fin no volveré a encontrarme a Kurt por el camino. Para John,Kurt era su enemigo desde el jardín de infancia. Kurt no hacia nada mas que meterse con él ,y John había llegado ya a la conclusión de que si se metia con él era nada mas que por envidia.
Cuando se subió a la moto y se puso el casco no podía parar de pensar “hoy será un gran dia",pero lo que él no sabia es que ese iba a ser el mejor dia de toda su vida.